sábado, 28 de noviembre de 2009

sistema esqueletico






Oculto bajo la piel y los músculos, rico en un mineral llamado calcio, y dotado de una increíble fortaleza, se encuentra un sistema que nos sostiene y da forma por dentro. Es el sistema esquelético, nuestra estructura ósea, que posibilita al cuerpo enderezarse y arquearse, y a los órganos conservar un espacio apropiado para su funcionamiento. Punto de anclaje para los músculos, los cuales al contraerse generan movimiento.


El esqueleto humano es el conjunto organizado de huesos y cartílagos que forman y estabilizan el armazón del cuerpo. Está formado por 206 huesos, piezas rígidas y resistentes; pero también por partes más blandas llamadas cartílagos. Ellos recubren los extremos de los huesos, y forman ciertas estructuras como la nariz, el pabellón de las orejas y parte de las costillas. Los huesos se unen en las articulaciones por medio de los ligamentos.



Podemos dividir al esqueleto humano en dos categorías: • el esqueleto axial: sus huesos forman el eje principal del cuerpo (cabeza y tronco), e inclusive constituyen las paredes de cavidades corporales como por ejemplo: cráneo, columna vertebral, costillas, esternón, etc.• el esqueleto apendicular, está compuesto por los huesos de las extremidades tanto superiores como inferiores y los huesos de los hombros (cintura pectoral) y la cadera (pelvis) que conectan los miembros con el esqueleto axial.



Nuestros huesos están formados químicamente por un 33% de materia orgánica y por 66% aproximadamente de materia inorgánica: • la parte orgánica está formada principalmente por una proteína, el colágeno, que les confiere elasticidad, flexibilidad y resistencia; • la parte inorgánica está formada por sales minerales, principalmente calcio y fosfato, que son la causa de la dureza y rigidez a las piezas óseas.



Las proporciones entre materia orgánica e inorgánica varían de acuerdo a los requerimientos de cada etapa de la vida. En los niños, por ejemplo, la parte orgánica es comparativamente mayor y los huesos son más flexibles y pueden doblarse. Si en esta etapa no se reciben las cantidades necesarias de calcio pueden ocurrir deformidades como el raquitismo.



El calcio aporta rigidez a los huesos y a los dientes. Pero también interviene en muchos otros procesos orgánicos, tales como la contracción muscular, transmisión de impulsos nerviosos, coagulación de la sangre, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario